"Un garabato de misterio, de calma y profundidad. El violeta invita a la introspección y a los pensamientos que se dibujan en el aire."
En la bruma del anochecer, una pluma flotaba sin rumbo, pintando trazos invisibles en el aire. Al caer en una charca violeta, descubrió que las aguas oscuras escondían destellos de galaxias perdidas.
En el aire flotaba un velo púrpura, como un suspiro detenido entre el misterio y el tiempo. Las líneas que lo atravesaban dibujaban sueños que nadie recordaba haber tenido.
El violeta era una puerta a lo invisible. No eran sombras, sino historias contadas en voz baja, reflejadas en el agua oscura de una charca que nunca dejaba de brillar.
Entre la calma y lo desconocido, el violeta se alzaba como un susurro. Era el color de los pensamientos que nunca se decían, pero que siempre estaban ahí.